Ahí fuera, más allá de nuestras fronteras, hay Catalanes de renombre. El nombre de “Catalunya” los sigue allá donde vayan para orgullo de sus compatriotas. En casi cualquier ámbito imaginable tenemos grandes nombres: Antoni Gaudí, Salvador Dalí y Joan Miró, Montserrat Caballé, Pau Gasol, Ferran Adrià… Incluso exportamos marcas de renombre como Vichy Catalan o Freixenet.

Nos henchimos de orgullo cuando estas y otras muchas personas salen ahí fuera. Pensamos que son los mejores. Y puede que lo sean o, simplemente, es que son de nuestra tierra.

Sería maravilloso inventar una cura para el cáncer, el motor de curvatura, el viaje interdimensional o el secreto de la juventud y llenar de orgullo los corazones de tus compatriotas. Que digan: “Mira, ahí va un Catalán”. Sería maravilloso que Cesc Fabregas marcase “el gol” en una final de Champions con el Arsenal: “Un Catalán entrega la Champions League al Arsenal”.

Pero, al parecer, hay un límite. ¿Que un catalán marque “el gol” que coloca a España en la primera final de un Mundial de su historia? ¡Eso es traición no menos! ¡Que reinstauren la pena capital, el traidor debe ser castigado!

¿HEMOS PERDIDO LA CABEZA? Alguien se ha parado a pensar, por un momento, ¿cómo se debe sentir Puyol? Marcó un tanto que hará historia, llevó a España a su primera final. Un gol por el que debe sentir auténtico orgullo indistintamente de los colores que vistiese. Estaba ahí para marcar goles, es su trabajo y lo desempeñó fabulosamente. En cambio, mira para a casa y ve como, algunos, lo acusan de traidor.

En la Selección hay, al menos, ocho jugadores del Barça y unos cuantos catalanes; si marcan, serán traidores (dicen). La actual Selección es una alabanza a un modelo: El del Barça y su Masia. Que los mejores jugadores de España vengan del Barça, que su modelo esté probando ser de los mejores o que su estilo maraville al resto del mundo incluso vistiendo otros colores, eso no vale. Y si los colores que se visten son los de España entonces es traición.

Es triste, muy triste, que Puyol reciba más alabanzas de Madrid (y el resto de España) que de Barcelona simplemente por los colores que vestía ayer. Es realmente triste que, parte de, Catalunya no reconozca a sus héroes cuando lo son fuera de su tierra.

Eso sí, cuando un catalán haga un gran descubrimiento en EEUU, o gane lo que sea que se gana en la NBA, haga una nueva Sagrada Familia en Dubái o lo que sea. Acusémosle de traición. ¿Cómo se le ocurre descubrir, ganar o diseñar algo fuera de una universidad catalana, un equipo catalán o una parcela de Barcelona?

A mí personalmente, Puyol me hizo feliz ayer. Y la selección Española con su estilo y sus jugadores me llena de orgullo. Sea española, medio-catalana o “el Barça y cuatro suplentes”, la Selección hizo un fútbol maravilloso ayer que ojalá repitan el domingo.

Algunos piensan que Catalunya ya no es la “Catalunya rica i plena”, sino que parece más un recuerdo deslucido. En cambio, estos días, en la prensa Española (y la del mundo) lucen fotografías de catalanes en “La Roja”, los comentaristas de Telecinco se desgañitan alabando el juego de Puyol y Piqué. Para ellos no importa que sean Catalanes, son parte de la Selección y están haciendo un fútbol increíble. Pero, al parecer, para algunos Catalanes sí que importa…

De Gaulle dijo algo así como: “Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero;nacionalismo,cuando el odio por los demás pueblos es lo primero.”

Cuanta razón.

(Nota al margen, 13/07/2010: He eliminado algunos comentarios abajo que no aportaban nada (y quien los escribió, aparentemente, no tenía intención alguna de aportar nada), con sus nombres aleatorios, e-mails, falsos y misma IP.)