Siguiendo con la serie de posts sobre la Reforma de la Diagonal, voy con una nota rápida.

Hay voces que claman que es una aberración poner en manos de la ciudadanía una decisión de carácter técnico que debería ser tomada por los técnicos del Ayuntamiento.

Lo cierto es que la consulta se planteó, originalmente, sin decisiones técnicas a tomar, la verdad.

Vayamos atrás en el tiempo, cuando la opción C (“Ni A Ni B”) no estaba. En ese tiempo la consulta era un “A o B”. Es decir, el Ayuntamiento tomó la decisión técnica de que la Diagonal debía reformarse sí o sí (con el consenso de todos los grupos municipales) y lo que daba a escoger a la ciudadanía era entre dos variantes estéticas que sus técnicos consideraban adecuadas para el fin que perseguian (evitar el colapso de la Diagonal).

Lo repetiré, cuando se empezó a hablar de la Consulta de la Diagonal la decisión que debíamos tomar era éstetica. Todos los aspectos técnicos habían sido estudiados por el Ayuntamiento y lo que en un proyecto normal serían “los dos finalistas” es lo que nos dan a escoger.

Fué más adelante, cuando se incluyó la opción C (“Ni A Ni B”) que la decisión se complicó. A partir de ese momento la decisión ya no es estética, es técnica. Ahora tenemos que tomar una decisión técnica sobre un tema increiblemente complicado como es el urbanismo y, una vez tomada la decisión técnica, según cual sea podemos avanzar a la decisión estética.

La consulta, tal y como está planteada, no es (como muchos creen): “Me gusta la A, me gusta la B o no me gusta ninguna” la consulta realmente está preguntando, primero, si creemos que la Diagonal tiene algún problema, porque como ya comenté (Avinguda Diagonal, la opción C) si sale vencedora la opción C estaremos diciendo algo así como “De aquí al 2015 no hay de que preocuparse” y eso es una decisión técnica.

Con esto no quiero decir que la opción C no deba estar ahí y no deba votarse. Estoy diciendo que la opción C modificó sustancialmente el tipo de consulta (de estética a técnica) y que la ciudadanía (en su mayoría, a mi parecer) no percibe este matiz, sino que vota la opción C como si “El mes que viene nos darán otro par de opciones”.

Por último, la inclusión de la opción C también presenta una decisión ideológica compleja que, creo, no debe presentarse en una consulta a tan bajo nivel, pues las decisiones ideológicas se toman en las elecciones. Así pués: Decisión ideológica primero, luego la técnica y por último la estética. No está mal para ser la primera consulta que hace el Ayuntamiento.

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